10 de agosto de 2009

El día que no me despedí-



El día de los peces dorados.

El día que recuerdo, el arrojarte en un estanque de oro

Haber ido a visitarte,

El ser inoportuno.

Regrese a mi manicomimio; a dormir ocho horas.

Mis sueños siempre fueron en tu jardín.

Vivíamos con los perros, rodeados de peleas de ardillas.

En septiembre, todos corrían, dispersábamos el aire con hojas de elote.

Alguna vez el coyote no huyo Carmelita.. y nos hablo de la luz eterna.

Cuando las nietas hablaban y reían, tu reías Carmela.

Los cuconitos, el pavo y los patos han decidido no hacer ruido esta noche.

Hoy, miramos las estrellas, vemos a Saturno, a la charanda correr por la lluvia y nos hemos preguntado por tí, por la durmiente, por la lluvia, por el maíz, por el agua, por los pájaros y el arroz.

Adiós Carmelita.