28 de junio de 2010

(¿Qué sería de mí si siguiera con tal o cual mujer? La pregunta no aplica a la gente como yo, me respondo, porque pocos que conozca son lo suficientemente frondosos como para tener raíz; y nadie es montaña para quedarse en un solo lugar. Aún así, a pesar de las despedidas, estamos condenados a reencontrarnos un día cualquiera con las mujeres que perdemos: en un autobús, al doblar la esquina, escondidas tras una taza de té, rodando piedras cuenta abajo y cuesta arriba. Porque aquel que se resigna a perder al otro desconoce los entuertos de esta vida). -Alejandro Pàez Varela-